top of page

Comprendiendo la voluntad de Dios


Hubo un tiempo en que trabajaba en una empresa cristiana y me gustaba mucho estar allí, pero más que eso soñaba con dedicar más tiempo, todo mi tiempo a la obra. Solo pensaba en eso, día y noche. Así que oraba constantemente para que Dios me revelara su voluntad. Cuando hablamos de la voluntad de Dios, es necesario comprender su completo significado para comprender quién es Él y quiénes somos nosotros.

La voluntad de Dios no se refiere principalmente a un lugar a donde ir ni qué trabajo ministerial realizar. La voluntad de Dios tiene que ver con usted como persona. Si usted es una persona que está en la condición correcta, entonces puede seguir sus deseos y cumplirá así con la voluntad de Él.[1] Observe lo que Romanos 12:1-2 dice: No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta (NVI). Solo si somos transformados de adentro para afuera, con una nueva mentalidad, la mente de Cristo, entonces sabremos que la voluntad de Dios es perfecta. Creo que este pasaje encierra en un sentido todo lo que encierra el tema de la voluntad de Dios.

Para el hombre la voluntad de Dios empieza con el deseo de querer hacer lo que Él haya planeado para nosotros. Es un anhelo en el corazón que te consume, que quieres cumplir más que cualquier otra cosa en la vida. Es una pasión por agradarle que solo es posible cuando es de todo corazón, Ef. 6:6. Allí empieza todo, en desearlo con todo el corazón, con toda la mente. Así que la pregunta es ¿Está dispuesto a hacer la voluntad de Dios?

Si su respuesta es sí, entonces verifique que tiene una relación con Él. Jesús lo dejó claro cuando dijo: Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre, (Marcos 7:35). Nadie puede conocer y cumplir la voluntad de Dios sino tiene primero una relación personal con Cristo; como hijos del mismo Padre del Cielo y hermanos de Él, podemos hacerlo.

Es voluntad de Dios que usted sea obediente, es decir que se someta a toda institución humana (1 Pedro 2:13-15); que aprenda a hacer Su voluntad (Salmos 143:10) al conocer Su Palabra (Juan 7:17); que practique el bien diferenciándose de los insensatos, y que se deleite en ella (Salmos 40:8; Romanos 12:2). Es voluntad de Dios que usted sea santificado (1 Tesalonisenses 4:3); que sea agradecido (1 Tesalonisenses 5:18) y que sufra por hacer el bien y no el mal (1 Pedro 4:2), y que cuando eso suceda encomiende su alma a Él (1 Pedro 4:19); y así al cumplir Su voluntad pueda permanecer para siempre, (1 Juan 2:17).

Toda esta lista de mandatos que debemos cumplir en nuestra vida, está revelada en la Biblia, y es lo que algunos llaman la voluntad moral de Dios. John MacArthur dice: “Usted no tiene ninguna esperanza de conocer Su voluntad para con usted, que no esté revelada, a menos que usted esté obedeciendo Su voluntad que está revelada”.[2] La voluntad moral de Dios o la que está en relación a Sus mandamientos, es uno de los aspectos de la voluntad de Dios. Las otras dos son las siguientes:

La voluntad soberana de Dios. Una primera traducción del griego para la palabra voluntad es “thelema” y significa “una determinación, decreto, especialmente un decreto de un rey enviado por un mensajero”.[3]

  1. Su voluntad es objetiva, es decir la que Él decreta. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes (Lucas 12:47), y vea también Juan 5:30 y Hebreos 10:10. Esta voluntad es absoluta, está por encima de toda la creación y de todas sus criaturas. Nada, nadie puede frustrarla o violarla y puede ser hecha en el cielo y en la tierra (Mt. 6:10). Jesucristo vino a cumplir la voluntad de Dios y la cumplió perfectamente como el Hijo del Dios eterno, No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre, Juan 5:30. (Vea también Lucas 22:42; Juan 6:38; Mt. 26:42; Hebreos 10:10).

  2. Su voluntad es subjetiva, es decir lo que Dios desea.Hay otra palabra griega para referirse a la voluntad de Dios, es “boulema”, significa “un diseño deliberado que se ha propuesto hacer”. El sentido aquí es que es algo deseado[4]. Por ejemplo Dios desea que todos sean salvos, (1 Timoteo 2:4); no desea que ninguno se pierda ni perezca, (2 Pedro 3:9; Mateo 18:14).

La voluntad permitida de Dios. Se comprende en dos sentidos: en que es perfecta y que es permisiva.

  1. Su voluntad es perfecta. No hay nada de error en ella porque Él mismo es perfecto, omnisapiente y omnisciente.

  2. Su voluntad es permisiva. Dios permite que algo suceda aunque en realidad no es su deseo que ocurra. Por regla general, en estos casos Dios le avisa a uno del peligro con anticipación, bien sea a través de sueños, visiones, profecía, u otro medio que Dios quiera utilizar.

Un primer ejemplo, es la caída del hombre en el pecado, esta no era la perfecta voluntad de Dios, pero la permitió, igual que el nacimiento de Ismael fue producto de la carne pero Él la permitió y lo bendijo, aunque fue Isaac su perfecta voluntad, (Génesis 16:21; Gálatas 3). Otros tantos pasajes bíblicos muestran estos dos aspectos de la voluntad permitida de Dios.

[1] John MacArthur, La voluntad de Dios, p.61.

[2] John MacArthur, http://www.gracia.org/Productos.aspx?product=80-220

[3] http://restorationnations.com/wp/es/quieres-conocer-la-voluntad-de-dios/

[4] http://restorationnations.com/wp/es/quieres-conocer-la-voluntad-de-dios/


83 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page